02 enero 2006

Innocenti Peccatum

Innocenti Peccatum

Aire encantado de suave candor
ha de sofocarme la aguada enrarecida.

El calor, el sol, las nubes escasas,
los cuerpos humeantes sobres las veredas;
el viento cálido soplando
sobre los árboles enjugados en sudor,
volcando las gotas de lluvia sobre mi.

Quito con mis uñas
la ropa que cubre tu cuerpo errante,
vuelvo al principio, al Génesis
desnuda con una manzana en la mano;
tú descubres mi rostro

observando como niño avergonzado;
cándidez sonrojada en tus mejillas,
violento deseo perturbador en tu cuerpo.

Sentimiento nuevo, emoción antigua
gotas de calor corriendo por tu pecho,
cubres el mío, me abrazas
afixiando mi espíritu de lujuria contenida,
calor constante... adormecedor
de bestias guturales.

Han de consumirnos como vampiros
quemados por el sol,
eternizando el momento de unir
nuestra sangre,
penetrando las murallas agrietadas,
sumergiendo las esperanzas en el torrente
navegando por las corrientes alternas
sopesamos la vida
que nos trae de vuelta al comienzo
del Todo y de la Nada
LEVEDAD... INSACIABLE... CORDURA... LOCURA