IN MEDIUM EST MORTE
Buscaría entre los matorrales del barranco
Un cuerpo inerte
Colgando del tronco de un árbol antiguo;
Con los ojos agudizados
Inyectados en fría sangre,
Blancos mirando al cielo;
Mientras sus cabellos humedecidos
Por la tormenta,
Acarician su rostro amoratado
Por la afixia.
Buscaría un cuerpo flotando
A la deriva del mar
Hinchado, presionado, descompuesto
Rostro cubierto de algas,
Manos pequeñas sujetando
Un simple trozo de papel desteñido
Cabellos dorados de niña
Enredados entre las rocas de la playa.
Un hombre, un niño, una mujer, una niña
Abismos emocionales, limbos tan oscuros
Como abisales.
Encontraremos la paz en la muerte,
Encontraremos reposo del alma
En la hora postrera.
Hemos de terminar el tiempo
Antes de lo convenido.
Las leyes mortales, las leyes morales
Nada pueden, nada provocan
Sólo una sonrisa nefasta
En los rostros encarnecidos de amargura.
Ay! de quienes juzgan con valerosas armas
¡Letrados ingnorantes, malsanos jueces!
Que creéis tener en vuestras manos la verdad
La siniestra y oculta verdad absoluta
Sociedad enferma, intelectuales de alcantarilla
Sepelio del alma en atardeceres
Marcados por la deshonra.
No esperéis nada a cambio de vuestras palabras
Ni una mirada, ni una sonrisa, ni una mueca sútil.
NADA, NADA, NADA
Pues nada sóis y nada seguiréis siendo,
Sólo individuos asquerosamente cuerdos y ciegos
Falsos e hipócritas, asesinos de almas
Suicidas de ideologías.
¡Sacúndanse el barro de los zapatos!
¡Dejen sus ropajes inmundos fuera del hogar!
¡Limpien sus ojos, cierrénlos y observen de verda.!
Recordad al oráculo:
“ la torre la habéis botado vosotros mismos,
agradeced con pepas de oro el nuevo camino
que os dan a seguir los dioses.”
Cuando algo cae, algo nuevo ha de levantarse.
¡SUPREMACÍA ABSOLUTA DE LOS INVISIBLES SERES!
